Historia de la Quebrantahuesos: De Sueño de Amigos a Leyenda del Ciclismo
La historia de la Marcha Cicloturista Quebrantahuesos es la crónica de cómo la pasión de un grupo de amigos por el ciclismo transformó un pequeño pueblo del Pirineo en la capital mundial del cicloturismo por un fin de semana al año. Lo que comenzó como un modesto evento local es hoy un fenómeno de masas, un reto anhelado por miles de ciclistas de todo el mundo y la marcha de gran fondo más importante de España.
Los Inicios: El Sueño de la Peña Ciclista Edelweiss
A finales de la década de los 80, en Sabiñánigo, un grupo de aficionados al ciclismo agrupados en la Peña Ciclista Edelweiss soñaba con crear una gran prueba que mostrara al mundo la espectacular belleza y la dureza de las carreteras pirenaicas que tanto disfrutaban. Querían diseñar un recorrido que fuera un verdadero desafío, que cruzara fronteras y que pusiera a prueba la resistencia de cualquier ciclista.
Inspirados por las grandes marchas europeas, este grupo de entusiastas, con figuras como Roberto Iglesias, José Antonio «Poto» Pérez o José María «Chema» Ocen, se puso manos a la obra. El objetivo era claro: crear una marcha inolvidable que combinara la dureza de los puertos de montaña con la majestuosidad de los paisajes de los valles de Tena, Ossau y Aspe.
La primera edición se celebró finalmente el 9 de junio de 1991. En aquella jornada, 134 ciclistas tomaron la salida desde Sabiñánigo, una cifra que hoy parece simbólica pero que en aquel momento supuso un éxito rotundo y la confirmación de que la idea tenía un gran potencial. Había nacido la Quebrantahuesos.
Crecimiento y Consolidación: Un Fenómeno Imparable
El boca a boca y la excelente organización hicieron que la fama de la Quebrantahuesos creciera de forma exponencial año tras año. La prueba se ganó rápidamente el respeto de la comunidad ciclista por su exigencia y su impecable trazado.
- Los Años 90: Durante su primera década, la participación se multiplicó, pasando de aquel centenar de pioneros a superar los mil inscritos. La QH se consolidó como una fecha fija en el calendario de los aficionados.
- El Nuevo Milenio y la Explosión: Con la llegada del año 2000, la marcha experimentó una verdadera explosión. La cifra de solicitudes comenzó a superar con creces las plazas disponibles, lo que obligó a la organización a implantar un sistema de sorteo para poder participar, una medida que sigue vigente hoy en día y que demuestra el increíble nivel de demanda.
- Nace la Treparriscos: Para dar cabida a más ciclistas y ofrecer una alternativa menos exigente, en 2003 se creó la Treparriscos Medio Fondo. Con un recorrido de 85 km, se convirtió en el complemento perfecto a su hermana mayor, permitiendo que ciclistas con diferentes niveles de preparación pudieran vivir la fiesta del ciclismo en Sabiñánigo.
- Reconocimiento Internacional: La Quebrantahuesos ha contado con la participación de grandes leyendas del ciclismo profesional como Miguel Induráin, Alberto Contador, Alejandro Valverde o Abraham Olano, quienes han ejercido de homenajeados y han compartido ruta con los miles de participantes, elevando aún más su prestigio.
Un Reto Mítico: El Recorrido
El alma de la Quebrantahuesos es su recorrido, un trazado circular de 200 kilómetros y más de 3.500 metros de desnivel acumulado que es a la vez una maravilla paisajística y un infierno para las piernas.
- Somport (1.640 m): El primer gran escollo del día. Una ascensión larga pero tendida que introduce a los ciclistas en territorio francés.
- Marie Blanque (1.035 m): Considerado por muchos el juez de la prueba. Es un puerto corto pero con unos últimos 4 kilómetros demoledores, con rampas que superan el 13%. Sus durísimas pendientes deciden quién llegará con fuerzas al tramo final.
- Portalet (1.794 m): La subida más larga de la jornada. Un puerto de más de 28 kilómetros que se hace interminable y que marca el regreso a España. Su belleza paisajística en el Valle de Ossau es tan espectacular como exigente es su ascensión.
- Hoz de Jaca: La última «trampa». Un repecho corto pero muy duro tras el descenso del Portalet, que sirve para terminar de vaciar las fuerzas de los ciclistas antes de la triunfal llegada a Sabiñánigo.
Hoy, la Quebrantahuesos es mucho más que una simple marcha ciclista. Es un evento que moviliza a toda una comarca, un motor económico y turístico, y sobre todo, el sueño cumplido de un grupo de amigos que, con su pasión y esfuerzo, crearon una leyenda que cada año sigue creciendo.